recuperant Penélopes: «El contestador»
Suena Libertango, de Astor Piazzola. LA MUJER QUE ESPERA, ante la instalación de pequeñas mesas de hierro. Los recuerdos por los suelos, las mesas tumbadas, los restos de una ingenua coquetería construyen un espacio derruido.
Voz en off de LA MUJER QUE ESPERA.─ Hola. No puedo atenderte. Pero, por favor, deja tu mensaje después de la señal. (Silencio)
LA MUJER QUE ESPERA.─ Cruzo las piernas. Apoyo el codo en la mesa. Me levanto. Abro la ventana. Entra calor. Cierro la ventana. Vuelvo a sentarme. Abro el monedero. Tiro tickets de compra. Vuelvo a cruzar las piernas. Me duele la cabeza. Solo un poco. No tengo hambre. Coloco la mano bajo la barbilla. Respiro. Resoplo. Un bufido.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ El servicio contestador de Timofónica le informa que no tiene mensajes.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Bebo un vaso de agua. Tiro la mitad del vaso de agua. Tampoco tengo sed. Me invento excusas. Miro el reloj. No pasa nada. El tiempo es una cuestión relativa. Debería ir al cajero. Luego. Mejor luego. Pasa un helicóptero. Se aleja. Ya no se oye. Debería dar una vuelta.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Para salir, pulse cero.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Busco una canción entre las viejas cintas de cassette. Una canción que no sea de amor, ni de añoranzas, ni de noches tristes, ni de viajes, ni de huidas, ni de celos, ni de protestas, ni de borracheras. (Pausa) No la encuentro.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Opción incorrecta.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Me tumbo un rato. Miro el techo. No me duermo. Vuelvo a levantarme. Me miro en el espejo. La piel demacrada, las ojeras, grandes. Miro la fotografía del salón. Los dos sonreímos a la cámara: vacaciones, abrazos y piel morena. Paso el dedo por el marco. Está sucio.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Para conservarlo, pulse tres.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Tengo un buzón, dos teléfonos, uno de ellos móvil, un fax y una dirección de correo electrónico. Almacenan cartas del banco, silencios inmensos y avisos de virus que van a devorarme el disco duro, el estómago y el alma. Quiero darme de baja. Pero de todo.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Para borrarlo, pulse tres.
Voz en off de LA MUJER QUE ESPERA.─ Hola. No puedo atenderte. Pero, por favor, deja tu mensaje después de la señal. (Silencio)
LA MUJER QUE ESPERA.─ Cruzo las piernas. Apoyo el codo en la mesa. Me levanto. Abro la ventana. Entra calor. Cierro la ventana. Vuelvo a sentarme. Abro el monedero. Tiro tickets de compra. Vuelvo a cruzar las piernas. Me duele la cabeza. Solo un poco. No tengo hambre. Coloco la mano bajo la barbilla. Respiro. Resoplo. Un bufido.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ El servicio contestador de Timofónica le informa que no tiene mensajes.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Bebo un vaso de agua. Tiro la mitad del vaso de agua. Tampoco tengo sed. Me invento excusas. Miro el reloj. No pasa nada. El tiempo es una cuestión relativa. Debería ir al cajero. Luego. Mejor luego. Pasa un helicóptero. Se aleja. Ya no se oye. Debería dar una vuelta.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Para salir, pulse cero.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Busco una canción entre las viejas cintas de cassette. Una canción que no sea de amor, ni de añoranzas, ni de noches tristes, ni de viajes, ni de huidas, ni de celos, ni de protestas, ni de borracheras. (Pausa) No la encuentro.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Opción incorrecta.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Me tumbo un rato. Miro el techo. No me duermo. Vuelvo a levantarme. Me miro en el espejo. La piel demacrada, las ojeras, grandes. Miro la fotografía del salón. Los dos sonreímos a la cámara: vacaciones, abrazos y piel morena. Paso el dedo por el marco. Está sucio.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Para conservarlo, pulse tres.
LA MUJER QUE ESPERA.─ Tengo un buzón, dos teléfonos, uno de ellos móvil, un fax y una dirección de correo electrónico. Almacenan cartas del banco, silencios inmensos y avisos de virus que van a devorarme el disco duro, el estómago y el alma. Quiero darme de baja. Pero de todo.
LA AMIGA DE PENÉLOPE.─ Para borrarlo, pulse tres.
Itziar Pascual, Las voces de Penélope
Dios!! Saps que no recordava aquest fragment? És boníssim... torno a tenir ganes, un cop més, de llegir Las Voces de Penélope... Has publicat abans que pogués agafar una cita de Barthes. Las voces i el discurs amorós... telita...
ResponderEliminarSi necessites alguna cosa ja saps, estic aquí o allà, el que sigui prò a l'altra costat de la pantalla i sempre a prop de tu disposada a continuar obrint pas ;)
Petonet
Dios!!! petita correcció: però, a l'altrE costat...
ResponderEliminarAra sí!!!
amore!! com es nota que últimament escrius més en castellà! "siempre cerca de ti" que en català seria "sempre a prop teu", no et sona millor? :p
ResponderEliminarmuaa!! gràcies tàndem! sempre fent camí ensemble, sempre anirem obrint pas! :)