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Mostrando entradas de julio, 2017

El siglo de la autoayuda

«I know what you mean» es la frase por antonomasia de esta época psicologizante. En realidad significa que uno renuncia al esfuerzo de entender al otro aun antes de haberlo escuchado. Pues uno ya ha comprendido a todos aun antes de que hayan dicho algo. Elias Canetti, Hampstead

Déjame volar contigo...

—¿Recuerdas —le dije— la vez en que viniste en autoestop conmigo hasta el colegio después de aquella función de teatro? —Lo recuerdo. —¿Recuerdas cómo me preguntaste dónde me gustaría vivir, si en el campo o en la ciudad? —Y tú dijiste… —Yo te dije que quería vivir en el campo, y en la ciudad también. Buddy asintió. —Y tú —continué con una repentina fuerza— reíste y dijiste que yo tenía el perfecto síndrome de una verdadera neurótica, que la pregunta provenía de un cuestionario de la clase de psicología de aquella semana. La sonrisa de Buddy empezó a apagarse. —Bien; tenías razón. Soy una verdadera neurótica. Nunca podría establecerme en el campo ni tampoco en la ciudad. —Podrías vivir entre ambos —sugirió Buddy amablemente—. Entonces podrías ir a la ciudad algunas veces y al campo otras veces. —Y bien, ¿qué tiene eso de neurótico? Buddy no respondió. —¿Y? —le espeté, pensando: «No puedes mimar a esa gente enferma, es lo peor del mundo para ellos, los destrozar

Las condiciones para la posibilidad del amor

L'homme peu instruit, poursuit Djerzinski, est terrorisé par l'idée de l'espace; il l'imagine immense, nocturne et béant. Il imagine les êtres sous la forme élémentaire d'une boule, isolée dans l'espace, recroquevillée dans l'espace, écrasée par l'éternelle présence des trois dimensions. Terrorisés par l'idée de l'espace, les êtres humains se recroquevillent; ils ont froid, ils ont peur. Dans le meilleur des cas ils traversent l'espace, il se saluent avec tristesse au milieu de l'espace. Et pourtant cet espace est en eux-mêmes, il ne s'agit que de leur propre création mentale. Dans cet espace dont ils ont peur, écrit encore Djerzinski, les êtres humains apprennent à vivre et à mourir; au milieu de leur espace mental se créent la séparation, l'éloignement et la souffrance. À cela, il y a très peu de commentaires: l'amant entend l'appel de son aimée, par-delà les océans et les montagnes; par-delà les montagnes et les oc

Tristes, tristes

Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes. Miguel Hernández, «Tristes guerras»

La vida es una fiesta

Pero ¿qué es este destello de felicidad que me hace temblar y me restaura la fuerza, la vida? Os pido excusas, dulcísimas criaturas, no había entendido, no sabía, cómo es justo aceptaros, amaros, y cómo es de sencillo. Luisa, me siento como liberado, todo me parece bueno, todo tiene un sentido, todo es cierto. Ah, cómo me gustaría saber explicarme, pero no sé como decirlo. De esta manera, todo vuelve a ser como antes, todo es de nuevo confuso, pero esta confusión soy yo, yo como soy y no como me gustaría ser, y ya no me da miedo. Decir la verdad, aquello que no sé, que busco, que aún no he encontrado. Solo así me siento vivo y puedo mirar tus ojos fieles sin vergüenza. La vida es una fiesta, vivámosla juntos. No sé decir otra cosa, Luisa, ni a ti ni a los otros. Acéptame así como soy si puedes, es el único modo para intentar encontrarnos. Federico Fellini, Fellini, ocho y medio

En un mundo de mujeres...

Cette première intuition sur le monde fut relayée par La Vie des animaux , qui passait à la télévision tous les mercredis soir. Au milieu de cette saloperie immonde, de ce carnage permanent qu'était la nature animale, la seule trace de dévouement et d'altruisme était représentée par l'amour maternel, ou par un instinct de protection, enfin quelque chose qui insensiblement et par degrés conduisait à l'amour maternel. La femelle calamar, une petite chose pathétique de vingt centimètres de long, attaquait sans hésiter le plongeur qui s'approchait de ses œufs. Trente ans plus tard, il ne pouvait une fois de plus qu'aboutir à la même conclusion: décidément, les femmes étaient meilleures que les hommes. Elles étaient plus caressantes, plus aimantes, plus compatissantes et plus douces; moins portées à la violence, à l'égoïsme, à l'affirmation de soi, à la cruauté. Elles étaient en outre plus raisonnables, plus intelligentes et plus travailleuses. Au fond,

Es amor

«Pero ¿no lo sabe, señor Stoner? —preguntó Sloane—. ¿Aún no se comprende a sí mismo? Usted va a ser profesor». De repente Sloane parecía muy distante y los muros del despacho se alejaron. Stoner se sentía suspendido en el aire y oyó su voz preguntar: «¿Está seguro?». «Estoy seguro», dijo Sloane suavemente. «¿Cómo lo sabe? ¿Cómo puede estar seguro?». «Es amor, señor Stoner —dijo Sloane jovial—. Usted está enamorado. Así de sencillo». Era así de sencillo. Se daba cuenta de que asentía a Sloane y dijo algo inconsecuente. Luego salió del despacho. Tenía un hormigueo en los labios y sentía las yemas de los dedos entumecidas, caminaba como si estuviera dormido, aunque era plenamente consciente de lo que le rodeaba. Se rozó con las paredes pulidas de madera del pasillo y pensó que podía sentir la calidez y la edad de la madera. Descendió lentamente las escaleras maravillándose del frío mármol veteado que parecía resbalar bajo sus pies. En las clases las voces de los alumnos se perc

Escríbeme

(a Jorge Zalamea, 1928) ¡Hola, querido Zalamea! ¿Recibiste mi carta con la vista de Granada? ¿Por qué no me has contestado? ¿Tienes algún resentimiento con mi persona? ¿Qué te pasa? No te entiendo. ¿No piensas venir? Yo en cuanto termine mis trabajos iré a Madrid. Gallo se está tirando. Yo dentro de unos días inauguro el Ateneo de Granada, en compañía de Falla. ¿Por qué no vienes a oírme? Adiós, Jorge. Recibe el saludo cariñoso de FEDERICO Mi querido Jorge: Por fin he recibido tu carta. Ya te había escrito una y la he roto. Has debido pasar un mal verano. Ya afortunadamente entra el otoño, que me da la vida. Yo también lo he pasado muy mal. Muy mal. Se necesita tener la cantidad de alegría que Dios me ha dado para no sucumbir ante la cantidad de conflictos que me han asaltado últimamente. Pero Dios no me abandona nunca. He trabajado mucho y estoy trabajando. Después de construir mis Odas , en las que tengo tanta ilusión, cierro este ciclo de poesía para hacer otra

Otherness o togetherness

«La incomunicación total», pensó Oliveira. «No tanto que estemos solos, ya es sabido y no hay tu tía. Estar solo es en definitiva estar solo dentro de cierto plano en el que otras soledades podrían comunicarse con nosotros si la cosa fuese posible […].» […] Sin necesidad de dramatizar, la más modesta objetividad era una apertura al absurdo de París, de la vida gregaria. Puesto que había pensado en los poetas era fácil acordarse de todos los que habían denunciado la soledad del hombre junto al hombre, la irrisoria comedia de los saludos, el «perdón» al cruzarse en la escalera, el asiento que se cede a las señoras en el metro, la confraternidad en la política y en los deportes. Solo un optimismo biológico y sexual podía disimularle a algunos su insularidad, mal que le pesara a John Donne. Los contactos en la acción y la raza y el oficio y la cama y la cancha, eran contactos de ramas y hojas que se entrecruzan y acarician de árbol a árbol, mientras los troncos alzan desdeñosos sus para

Qué andarás haciendo...

Siempre he tenido la impresión de que éramos cercanos, como dos frutos nacidos de una misma rama. El día se eleva en el mismo momento en que te escribo, los truenos retumban suavemente; será una jornada lluviosa. Te imagino incorporándote en tu cama. Esa angustia que sientes, la siento yo igualmente. La noche nos abandona, la luz delimita de nuevo a las personas, las diminutas personas. Tumbado sobre la moqueta, observo con resignación cómo la luz progresa. Descubro unos cabellos en la moqueta; esos cabellos no son los tuyos. Un insecto solitario escala los tallos de lana. Mi cabeza cae, se alza de nuevo; siento verdaderos deseos de cerrar los ojos. Hace tres días que no duermo; hace tres meses que no trabajo. Pienso en ti. Michel Houellebecq, «El sentido de la lucha» (en Poesía )

Sabe Dios...

MARY (suspira) : Hechos. Sí, tengo un millón de hechos al alcance de los dedos. IKE: Así es. Y no significan nada, ¿verdad? Porque nada digno de conocerse puede ser comprendido con la sola mente... ¿sabes? To... to... todo cuanto realmente tiene valor ha de penetrar en ti por una abertura diferente... y perdona... perdona... esta imagen poco afortunada. MARY: No estoy de acuerdo en absoluto. Mira, ¿dónde estaríamos sin el pensamiento racional? Dime. IKE: No, no, tú... confías demasiado en el cerebro. Es un... el... el cerebro es el órgano más sobrevalorado, creo yo. MARY: Ya sé. Tú... tú probablemente crees que yo soy demasiado cerebral. IKE: Bueno, ¿sabes? Tú... tú estás más bien del lado de los encefálicos. (Risita.) Oh, ¿qué importa lo que yo piense de ti? Dios sabe lo que piensas tú de mí.  Woody Allen, Manhattan

Si ella supiera...

Este hombre, que, francamente, vamos a decirlo sin rodeos, está como una regadera, como un buscapiés, se imagina que en cuanto esté cerca de Bruja, le será fácil seguirla, pues jura y perjura que ella dejaba a su paso un rastro de perfume de flores, un aroma como de lluvia recién caída, un temblor de pájaros. ¿Cómo es posible que crea en algo así, en el poder mágico e invencible del amor, en un mundo tan poco propicio para tales ensoñaciones, en una época tan manchada y tan terrible como aquellas que tan amargamente la precedieron? Con las lágrimas derramadas por los hombres y las mujeres se formarían ríos, y no digamos si sumásemos las no vertidas por orgullo, educación, desesperanza o altruismo. Hay miles de perfumes, miles de temblores, miles de mujeres en este planeta, que entrecruzan sus caminos y confunden sus pistas, que enredan sus senderos, que construyen laberintos, que acarician y parpadean y traicionan, ¿cómo diantres puede estar convencido de que reconocerá entre un milló