Entradas

Mostrando entradas de 2010

La novela de la niebla

La novela comienza en una estación de ferrocarril, resopla una locomotora, un vaivén de pisotones cubre la apertura del capítulo, una nube de humo esconde parte del primer párrafo. Entre el olor a estación pasa una ráfaga de olor a cantina de la estación. Hay alguien que está mirando a través de los vidrios empañados, abre la puerta encristalada del bar, todo es neblinoso, incluso dentro, como visto por ojos de miope, o bien por ojos irritados por granitos de carbón. Son las páginas del libro las que están empañadas como los cristales de un viejo tren, sobre las frases se posa la nube de humo. Es una noche lluviosa; el hombre entra en el bar; se desabrocha la gabardina húmeda; una nube de vapor lo envuelve; un silbido parte a lo largo de los rieles brillantes de lluvia hasta perderse de vista. [...] Las estaciones se parecen todas; poco importa que las luces no logren iluminar más allá de su halo deslavazado, total, éste es un ambiente que tú conoces de memoria, con el olor a tren q

Tiempos modernos

Andan por el suelo como abejas. Construyen y hacen sus chapuzas a centenares, durante todo el día y la noche. Ruedan ruedan los tranvías, amarillos con vagones abiertos, sobre la Alexanderplatz cubierta de madera, es peligroso apearse en marcha. [...] En la esquina de la Landsberger Strasse han liquidado Friedrich Hahn, unos antiguos almacenes, los han vaciado y pasarán a la Historia. [...] Allí hay un viejo con una balanza médica: vigile su peso, 5 pfennig. Queridos hermanos y hermanas que pululáis por la Alex, disfrutad de este momento, mirad por el agujero que hay junto a la balanza a ese vertedero, donde en otro tiempo floreció Jürgens, y ahí están aún los almacenes Hahn, vacíos, evacuados y destripados, donde sólo quedan todavía los trapos rojos de los escaparates. Delante de nosotros hay un montón de basura. Polvo eres y en polvo te convertirás, edificamos una suntuosa mansión, y ahora no entra ni sale nadie. Así se hundieron Roma, Babilonia, Nínive, Aníbal, César, todos se hu

Ensenyem, aprenem...

No ensenyi els seus alumnes a subratllar, senyor professor, ensenyi'ls a escriure. Salvador Sostres
Jean-François Coen, "La tour de Pise"

Fausto

No tiene límites el infierno ni se circunscribe a un solo lugar: donde estamos nosotros está el infierno. Christopher Marlowe, La trágica historia  de la vida y muerte del doctor Fausto

Liverpool

Som bolets post industrials. Cementiris nuclears. Putxinel·lis sense mans. Laberints inacabats. Cantautors poc inspirats. Polaroids per revelar. Pèrits incapacitats. Biorritmes sincopats. Som robots desmemoriats. Som soldats desprogramats. Nedadors descoordinats. Som pirates aruïnats. Som infants desenganyats. Somiadors formatejats. Creadors de l'endemà. Fills de la utopia. Els Amics de les Arts, Liverpool