Declaración de intenciones
Déjame decirte un par
de cosas antes de desearte buen viaje: la primera tiene que ver con los
intelectuales, justamente... Es muy fácil descojonarse de ellos... Sí, es fácil
que te cagas... Muchas veces no son muy cachas y además no les gusta meterse
con nadie... No les emocionan las demostraciones de fuerza, ni las medallas, ni
los cochazos, así que sí, es muy fácil... Basta con arrebatarles el libro de
las manos, la guitarra, la pluma o la cámara de fotos, y ya no dan pie con
bola, los muy gilipollas.... De hecho, es la primera cosa que suelen hacer los
dictadores: romper gafas, quemar libros o prohibir conciertos, no les sale
caro, y les puede evitar más de un problema más adelante... Pero déjame que te
diga que si ser intelectual significa que a uno le guste aprender, ser curioso,
atento, admirar, emocionarse, tratar de comprender cómo funcionan las cosas e
intentar irse a la cama un poco menos tonto que la víspera, entonces sí,
reivindico mi condición totalmente: no solo soy una intelectual, sino que
además estoy orgullosa de serlo... Súper orgullosa incluso....
Anna Gavalda, Juntos, nada más
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