Recuerda
Todo me parecía tan hermoso, tanto más hermoso que las cosas de la ciudad, que cada año me repetía a mí misma: «Anna, nunca viste algo tan bonito como esto, intenta recordarlo, intenta memorizar todas las cosas maravillosas que estás viendo y de este modo siempre estarán contigo, incluso cuando ya no puedas verlas». Creo que nunca miré el mundo con tanta atención, como en aquellos viajes en tren hacia el norte. Quería que todo me perteneciera, que toda la belleza pasara a formar parte de mí misma, y recuerdo cómo me afanaba en recordarlo, intentando guardarlo para más adelante, atraparlo para cuando realmente lo necesitara.
Paul Auster, El país de las últimas cosas
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