Sabe Dios...
MARY (suspira): Hechos. Sí, tengo un millón de hechos al alcance de los dedos.
IKE: Así es. Y no significan nada, ¿verdad? Porque nada digno de conocerse puede ser comprendido con la sola mente... ¿sabes? To... to... todo cuanto realmente tiene valor ha de penetrar en ti por una abertura diferente... y perdona... perdona... esta imagen poco afortunada.
MARY: No estoy de acuerdo en absoluto. Mira, ¿dónde estaríamos sin el pensamiento racional? Dime.
IKE: No, no, tú... confías demasiado en el cerebro. Es un... el... el cerebro es el órgano más sobrevalorado, creo yo.
MARY: Ya sé. Tú... tú probablemente crees que yo soy demasiado cerebral.
IKE: Bueno, ¿sabes? Tú... tú estás más bien del lado de los encefálicos. (Risita.) Oh, ¿qué importa lo que yo piense de ti? Dios sabe lo que piensas tú de mí.
Woody Allen, Manhattan
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