Sin embargo...

El mundo es sufrimiento desplegado. En su origen, hay un nudo de sufrimiento. Toda existencia es una expansión, y un aplastamiento. Todas las cosas sufren, hasta que son. La nada vibra de dolor, hasta que llega al ser: en un abyecto paroxismo. […]

Las modalidades del sufrimiento son importantes, pero no esenciales. Todo sufrimiento es bueno; todo sufrimiento es útil; todo sufrimiento da sus frutos; todo sufrimiento es un universo. […]

Si el mundo se compone de sufrimiento es por ser, en esencia, libre. El sufrimiento es la consecuencia necesaria del libre engranaje de las partes del sistema. Debéis saberlo, y decirlo.

No os será posible transformar el sufrimiento en un propósito. El sufrimiento es, y en consecuencia no podría volverse un propósito.

En las heridas que nos inflige, la vida alterna la brutalidad con la insidia. Conoced ambas formas. Practicadlas. Adquirid de ellas un conocimiento completo. Distinguid aquello que las separa, y lo que las une. Entonces, se verán resueltas muchas contradicciones. Vuestra palabra ganará en fuerza, en amplitud.

Teniendo en cuenta las características de la época moderna, el amor ya casi no puede manifestarse; pero el ideal del amor no ha disminuido. Al estar fundamentalmente situado, como todo ideal, fuera del tiempo, no puede disminuir ni desaparecer.
De donde se sigue una dicotomía ideal-real particularmente llamativa, una fuente de sufrimiento especialmente fecunda.
Los años de adolescencia son importantes. Una vez que hayáis desarrollado un concepto del amor lo bastante ideal, noble y perfecto, estáis jodidos. En adelante, nada podrá satisfaceros. […]

Ir hasta el fondo del abismo de la ausencia de amor. Cultivar el odio a uno mismo. Odio a uno mismo, desprecio por los demás. Odio a los demás, desprecio por uno mismo. Mezclarlo todo. Sintetizar. En el tumulto de la vida, ser siempre perdedor. El universo como una discoteca. Acumular gran número de frustraciones. Aprender a ser poeta es desaprender a vivir.

Amad vuestro pasado, u odiadlo; pero tenedlo siempre presente. Debéis adquirir un completo conocimiento de vosotros mismos. Así, poco a poco, vuestro yo profundo se irá soltando, se deslizará bajo el sol; y vuestro cuerpo se quedará en el mismo sitio, inflado, tumefacto, irritado: maduro para nuevos sufrimientos.
La vida es una serie de test de destrucción. Hay que pasar los primeros test, atascarse en los últimos. Fallar en la vida, pero fallar por poco. Y sufrir, sufrir siempre. Debéis aprender a sentir el dolor por todos vuestros poros. Cada fragmento del universo debe ser para vosotros una lesión personal. Sin embargo, debéis sobrevivir, al menos durante algún tiempo.

Michel Houellebecq, «Primero, el sufrimiento»
(en Poesía)

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